Es una
tragedia que en 17 meses, el Gobierno esponsoreado por las corporaciones y los
medios no haya bajado la inflación, sino que la haya aumentado. Ahora dicen que
bajara en el último trimestre.
Surge evidente
la deserción de destacados economistas neoclásicos y monetaristas que escribían
y salían a dar pronósticos optimistas por los medios. El suplemento del diario
LA NACION muy bien logrado por su Director, se ha transformado en una revista
de negocios, donde leemos artículos de CEOS o emprendedores diletantes que
expresan su euforia basada en “el potencial” ambiente de negocios, “las futuras”
inversiones y, algunos buenos periodistas que tocan temas importantes, pero “en
modo soft”, ya que sus condicionamientos tendrán. Es que la recuperación de la
economía no llega y es difícil respaldar lo insostenible. El BCRA procurando
bajar las expectativas de inflación y la tasa de inflación efectiva, no hace
más que amplificarlas.
Al
mismo tiempo que el presidente dice que el déficit no se puede seguir
sosteniendo, Dujovne, aplica una política fiscal expansiva financiada con deuda
externa y en menor medida con “la maquinita”. Una cosa era tener el gasto alto
sin endeudamiento y sin desplome del PBI, y otra es aumentar el gasto y la
deuda con caída del PBI. Los banqueros solían ser gente cuerda cuando yo
trabajaba como director financiero. -¿Como es que siguen prestando-aunque lo
hagan al doble de tasa-a una economía sin rumbo?-Esta estrategia de pedir
prestamos externos genera dólares baratos, pero los pesos hay que absorberlos o
van a producir aumento de precios-según el ABC de la teoría monetaria-. La
importación de bienes, las compras por Internet, el turismo “déme dos”, y los
colchones verdes van “in crescendo”. El mundo nos felicita (dijo Macri). Obvio
presidente, lo agasajan porque estamos estimulando la demanda de SUS productos.
Continuamos generándoles empleo a ellos. Financieramente pagamos más del doble
de tasas de interés de las que paga México y el triple que Chile, más del doble
del promedio de Latinoamérica exceptuando Argentina y Venezuela. Claro que en
este escenario, el empleo argentino no progresa y las probabilidades que se
intensifiquen los despidos madura.
El
dólar barato afecta las exportaciones industriales. Este sector tampoco es
favorecido por un aumento del consumo interno, en contraste sufre su reducción.
Los únicos “brotes verdes” son los de la deuda externa que crece como el palán
palán. Ya sabemos que habrá que pedir más, y el BCRA tendrá que darle a la
maquinita para comprarle dólares al Gobierno. A su vez el BCRA tendrá que tomar
más deuda en LEBACS y pases, porque no se reactiva la demanda de pesos. La
demanda de LEBACS si que aumenta-ya supera en 16 puntos porcentuales a toda la
base monetaria-, porque su rendimiento resulta mucho más atractivo que un plazo
fijo, y cien veces más conveniente que instalar una fábrica contratando obreros
en blanco. Así las cosas, podemos presumir que pronto comienza la caída de
depósitos en pesos y el derrumbe del crédito. No se vende al contado y tampoco se
venderá a crédito. El Gobierno provocará la reducción del crédito al sector
privado, afectando negativamente la demanda y la producción. Mientras tanto
vemos a diario a los representantes de ¡que me importa! quienes habiendo
desbordado el disparate siguen su vida como si nada. No parece que les interese
haber mentido. Asumo la ceguera ciudadana de una “clase media televidente” con
el promedio de comprensión de un niño de 9 años, pero me pregunto: -¿donde esta
la racionalidad de los mercados?-
Los
medios han invisibilizado a los que pueden decir algo, luce mas que evidente. Resguardan
a Cambiemos que vino a endeudar el país, aumentar el déficit fiscal y empeorar
la seguridad. De todo eso ya no se habla. Si hay algo que no resiste análisis,
es la falta de sentido común de quienes siguen comprometidos con esta bomba que
cuando explote los va a magullar.