Los ideólogos expertos esperaron 6 años, no creyeron nunca que se pudiera hacer proselitismo partiendo de cero, imponiéndole a la gente cualquier idea en cualquier momento; por eso aprovecharon la veta que abrió Loustau, con el último aumento de las retenciones, a principios de 2008. Por regla general este tipo de cruzadas opera siempre sobre un sustrato preexistente, se trate de una mitología nacional, o de un simple complejo de odios y/o de prejuicios tradicionales. La estrategia apuntaba hacia los gustos de un público importante, aun en lo más turbio y absurdo, todo se hizo con el objeto de ajustar a-la masa anti peronista- el mensaje y la presentación de la protesta. Lo esencial es darle la razón a la “clientela”, declarando por ejemplo que el gobierno es injusto-aunque todos los gobiernos lo son-. Existe en la psiquis de los pueblos sentimientos consientes o inconcientes que los asesores y analistas políticos captan y explotan. Trabajan de eso, cobran honorarios por pergeñar campañas “a favor o en contra de…”.
Tuvimos ocasión de ver, como los ideólogos utilizaron todos los rencores de siempre, mas los nuevos surgidos de las dos etapas del gobierno kirchnerista.
En otro tiempo, el factor militar fue manipulado sucesivamente por los sectores enemigos de la democracia, a través de los mismos entendidos en siembra, no de soja, sino de cizaña. Hace un año ya, se volvieron a excitar los fantasmas de estos viejos antagonismos nacionales, y reanudamos las proverbiales contiendas de antaño.
Sin embargo, seria erróneo, ver en la Mesa de Enlace un instrumento todo poderoso que oriente a las masas en cualquier dirección “for ever”. Una coalición se debe hacer en un sentido bien determinado y con un programa común. En otro orden de “opóngase”, los medios que salieron a matar o morir, ya no ofrecen a sus lectores o escuchas más que informaciones escogidas y digeridas a fin de soliviantarlos y arrimarlos a sus propios objetivos empresariales, independientes de los problemas del campo, y las ambiciones políticas de Macri, De Narváez o Lilita Carrio, sin contar a Cobos, quien también actuó persuadido que iba a constituirse en “el candidato”. Hoy todo el arte de los medios de comunicación consiste en sugerirle al lector o escucha, argumentos que sirvan para asustarlo, como respaldo a su propia lógica de meter miedo para generar caos y, “a río revuelto, ganancia de pescadores”, mientras siguen intentando con sus abogados, retrotraer la situación previa a la sanción de la ley de medios. Todo esto desmejora al oficialismo, pero lastima al país, y no favorece los planes de los candidatos, alguno de los cuales han hecho inversiones millonarias para acceder a un cargo presidencial, mediante el voto popular. Los medios, en su función de parteros de esta movida que empezó en 2008, están queriendo dar a luz un cambio, aunque si tuvieran éxito-10% de probabilidades-, podría suceder que del parto surja un monstruo.
Huelga decir que si el resentimiento no se descarta del lenguaje de Biolcatti, apoyado por los medios para atraer y convencer; unidos los adversarios del gobierno, van a dejar un mal recuerdo que la historia y las generaciones futuras no habrán de ignorar.
La manifestación del campo y el “no positivo de Cobos”, han sido la clave de la división de un país que creció 60% en 6 años.
Cuando en Marzo de 2008 se inicio el conflicto del campo, la imagen positiva de la Administración Kirchner superaba el 50%. El 17 de Julio, el “no positivo” de Julio Cobos en la votación del Senado, hizo que el porcentaje bajara a la mitad, sin que la economía se hubiese alterado, y sobre llovido mojado, cayo la crisis financiera mundial. Fue así que el campo, los medios y Cobos, con intereses absolutamente distintos; han sido factores determinantes en la división del país y la marcha atrás, hacia los viejos antagonismos.
El análisis de la última elección, en la cual el oficialismo descendió 15% respecto a 2007, muestra que “la hazaña” del conflicto del campo, tuvo su rédito político, pero con consecuencias lamentables para el país, en términos estratégicos.
El campo ha conseguido su objetivo otra vez desde la década del 50, cuando comenzara a debilitar la democracia, durante buena parte del siglo pasado. Sin embargo, la ultima convocatoria ha sido cuantitativamente y cualitativamente menor que la de 2008. El clima político lucia diferente, y un festival de Luis Palau hubiera llevado más gente que la que asistió al último acto. Esta claro que el campo tuvo un hito en 2008, pero no tiene la capacidad de convertirse en el eje de la oposición del oficialismo. Los medios ayudan, regalando algunas paginas, pero se siguen cortando solos. Si mañana aparece un político anti campo que les sirva, chau campo! Los sectores políticos refractarios no cuajan entre si, y las expresiones contrarias del resto de la sociedad, son cada vez mas independientes. Surge así que el campo ha sido la clave de la división nacional en 2008, pero no ha conseguido que el oficialismo revierta su actitud, ni busque acuerdos o treguas, sino más bien lo han decidido a resistir políticamente. La lógica del peronismo setentista no es la de Fernando De la Rua, ni la de Raúl Alfonsín, lo más probable será ver a un oficialismo que redobla la apuesta y mantiene sus convicciones, aunque los conflictos sigan abiertos.
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