El estado de ánimo del "Comite de buenas noticias del pueblo de Springfield", es de optimismo. Aunque bordeando el vértigo, los indicadores que van entrando entre Julio y Agosto muestran signos de mejoría. Las economías asiáticas han despegado, eso no resiste porfía. China, India, Japón, Indonesia y Taiwán, tocaron fondo en Febrero, Marzo y, ya muestran un importante repunte del PBI en el segundo trimestre. En cuanto a Latinoamérica, Brasil y México dejaron de caer en el segundo trimestre. Argentina, Chile y Colombia siguieron detrás. En Europa del Este, donde la situación se puso mucho más complicada, los indicadores del nivel de actividad ya muestran tibios signos de mejoría. Sin embargo, la recuperación va a ser más endeble que otros desempeños que siguieron a recesiones más tradicionales.
Mirando los ciclos económicos previos desde la Segunda Guerra Mundial, después de un período recesivo “todo volvía a la normalidad”. En la práctica, las recuperaciones de la tasa de crecimiento del PBI mundial superaron a la tasa de largo plazo y, alcanzado el PBI tendencial, la economía mundial seguía creciendo a su ritmo histórico. Pero este ciclo es diferente. La crisis, que diera lugar a la mayor caída del PBI mundial y su dramática tramitación, sigue condicionando la recuperación y amenaza los insipientes resultados obtenidos. Lo más probable es que en el corto plazo las economías de los países desarrollados se recuperen a una tasa menor a la histórica. Completado el ciclo, en el mediano plazo las economías desarrolladas crecerán a una velocidad inferior al ritmo de crecimiento tendencial de entre 2.5% y 3%.
En los EE.UU. la recesión representó el doble de profundidad que el promedio de las recesiones previas desde 1945, además de doblar también su plazo de permanencia.
Cuando miramos bien, todos sufrieron (la recesión fue sincronizada), pero sus recuperaciones serán asimétricas, donde algunos países se perfilan para mostrar un ciclo más normal y otros estan complicados.
Concisamente: la economía mundial tenderá a recuperarse mucho más pausadamente que en otras encrucijadas de la historia contemporánea. Los países emergentes seguirán impulsando el crecimiento mundial, inclusive en el mediano plazo lo harán a un ritmo porcentual mayor. La economía mundial podría retomar el crecimiento después de 2011 a tasas de 3%, alcanzando 2/3 de las tasas registradas durante los felices 2003-2007. Mi deseo más preciado es que las cosas negativas que hube de escribir acerca de la hecatombe económica internacional se olviden, mientras que la obra de los artífices de la recuperación sobreviva, pero todavía lo mio, es solo un deseo preciado.
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