Existe un gran escepticismo con respecto al paquete de estímulo fiscal, el programa de rescate a los deudores hipotecarios y el plan de salvataje financiero anunciado. Solo el paquete de estímulo fiscal asciende a u$s 789 mil millones de dólares- esto es equivalente al 5.3% del PBI anual de los EE UU. Hablamos de una cifra que representa alrededor de 2 buenos años promedios de crecimiento de la economía estadounidense.
Se destinan u$s 282 mil millones en recortes impositivos, y más u$s 507 mil millones para incrementar el gasto público. La mayor parte del estímulo de corto plazo proviene de recortes impositivos. Muchos dudan de la efectividad de los recortes impositivos para impulsar el gasto porque sostienen que los consumidores no gastan en función de su ingreso transitorio, sino en función de los ingresos permanentes. No obstante hay suficiente evidencia acerca de que aquellos consumidores que enfrentan restricciones a la liquidez, tienden a gastar una mayor proporción de sus deducciones impositivas. Habrá que dejar atrás prejuicios proteccionistas, y tener en cuenta que a un nivel de estímulo dado, cuanto mayor sea la propensión a consumir bienes extranjeros, menor será el impulso a la demanda agregada doméstica.
Para poder financiar las políticas de estímulo fiscal en marcha, el mundo se
encamina a un trascendente crecimiento de los niveles de endeudamiento de los gobiernos. Este constituirá con seguridad el mayor aumento de las deudas públicas desde la segunda guerra mundial. La deuda pública de EE UU pasará a representar, desde 65% del PBI a 85% en solo tres años. Cuando esto suceda, se producirá una suba importante de la tasa de interés de largo plazo que hoy se ubica en 2.65% anual que podría superar el 4.5% a fin de este mismo año.
Obviamente a un aumento de las tasas de interés a largo plazo le sucede una desaceleración de la inversión privada, que ya se encuentra semi paralizada.
El plan de salvataje del sistema financiero tampoco fue bien recibido por los mercados. El programa intenta impulsar el crédito fortaleciendo los canales de asistencia directa de la Reserva Federal a estudiantes, tenedores de tarjetas de crédito, deudores hipotecarios, etc.). También se creará un Banco de Inversión” con aportes de fondos del sector privado y público con el objetivo de adquirir activos tóxicos y retirarlos de los balances de las entidades financieras-destinando u$s 500,000 millones que pueden subir a u$s 1 billón-. Una cifra imposible de imaginar. El secretario del Tesoro no dio detalles acerca de cómo se iban a valuar los activos de los bancos y el mercado le pasó factura. Las “dudas” se reflejaron en el Dow Jones, S&P500, las cotizaciones de las acciones del Citi, Morgan Stanley y JP Morgan 11.4%, eso sin contar otras entidades menos ilustres.
Crecen las presiones, el argumento es el mismo: "no se puede salvar a la economía sin salvar al sistema financiero y a los banqueros"-una verdadera vergüenza-. Son ellos los grandes responsables de la crisis, no obstante quienes los defienden y justifican, son los mismos que guardan sus ahorros en los bancos que dirigen sus defendidos.
El truco de los hombres del mercado y del gobirno consistió siempre en mostrarse desenvueltos, educados y simpáticos. "Lo importante no es lo que se le dice a la gente sino como se le dice", mateniendo la apariencia de subestimar los problemas, mostrando una tranquilidad altiva. Sin embargo, la realidad de hoy nos muestra que ni todos los dólares inyectados, ni las ficticias seguridades exhibidas en forma actoral, alcanzan para recuperar la confianza perdida.
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3 comentarios:
Es preocupante ver como se están desarrollando los aconteciemintos. No parece que el final del tunel esté muy cerca.
Parece que nadie sabe como sigue la película. Lo peor es que los que disimulan lo hacen tan bien, que parece que los idiotas son los que saben. Tigani viene hablando de esto hace 4 años, yo lo vi lo escuche, lo lei en Ambito Financiero, pero nadie le dio trascendencia a sus dichos, mas bien los economistas que yo conozco lo han confrontado
No son confiables. Los dirigentes que nos llevaron a este lio deben dejar paso a quienes tengan una visión diferente y sea mas confiables. El presidente de la Reserva Federal es el mismo que estaba antes del colapso. Los secretarios que nombró Obama son los que inventaron este modelo cuando lo desarrolló Bill Clinton.
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