No obstante la debilidad que exhibe la economía americana en sus cifras finales del segundo trimestre, la productividad de las empresas creció. La mejora se debe a que las empresas redujeron sus costos laborales ante la brusca desaceleración experimentada. Las horas trabajadas cayeron, en tanto que el producto se mantuvo constante. En el actual contexto, antiguos indicadores estadísticos comienzan a ser observados por los analistas. Ya está de moda aprestarse el primer viernes de cada mes y, esperar las cifras de desempleo que da a conocer The Bureau of Labor Statics.
Mientras el estancamiento comienza a despuntar, puede vislumbrarse un ciclo afín al de 1990, donde el empleo se redujo en forma simultanea y consistente con la evolución de la actividad. De Mayo a Octubre de 1990, más de 500.000 personas se quedaron sin trabajo en Estados Unidos. Solo seis meses más tarde eran 1.500.000 los trabajadores que totalizaba el informe del "The Bureau".
¿Qué es recesión y que es depresión?
Una recesión es, de acuerdo al consenso de los economistas, un periodo durante el cual el PBI real disminuye por al menos dos trimestres consecutivos. Una depresión en cambio, es una amplia y prolongada recesión, aunque no hay acuerdo sobre el grado de profundidad y permanencia que debe tener una recesión para ser considerada depresión.
Todos los economistas pueden aceptar en cambio, que la economía norteamericana experimentó una "Gran Depresión" entre 1929 y finales de la década del treinta.
En 1933 Estados Unidos produjo 30% menos que en 1929 y los niveles de desocupación habían pasado de 3% a 25%. Desde aquella experiencia la recesión más intensa se produjo entre 1980 y 1982. Donde la tasa de crecimiento del PBI fue cero. La tasa de desempleo pasó de 6% en 1979 a 10% en 1982.
Es evidente entonces que, aunque la recesión de principio de los 80 fue intensa, no fue tan grave como "La Gran Depresión", aunque estimuló un incremento del 67% la cifra de desocupación en solo tres años.
Recesión y desempleo. Argentina segundo trimestre del 2001 vs. Segundo trimestre de 1998.
En principio, un agravamiento en las cifras de desempleo durante un periodo recesivo es la manifestación de un problema más profundo, un dilema de fondo; las empresas producen menos. Justamente, el conflicto directo del costo de una recesión es la pérdida de bienes y servicios reales que en otros niveles de actividad se hubieran producido.
La caída real del consumo que experimentamos en Argentina en los últimos tres años es de (-5%) impactando (-8,8%) el consumo per cápita, con una pérdida acumulada de (28.800) Millones de dólares. Además de la pérdida de producción presente y de las graves consecuencias sociales inmediatas, las recesiones proyectan consiguientemente pérdidas de producción afectando los flujos futuros de inversión. Cuando la economía entra en recesión la tasa de inversión tiende a caer como lo hizo entre el segundo trimestre del 98 y el segundo trimestre del 2001. Durante el mismo se registró una caída real de (-28,2%) que representa (-31,9%) per cápita y una pérdida acumulada de (37.600) Millones de dólares.
Para completar este círculo vicioso que impone la recesión, se puede agregar que en el 2001 se intensifica la restricción de financiamiento externa con salidas de capitales por más de 10.000 Millones de dólares.
CONSECUENCIAS SOCIALES
Los costos de las recesiones y las depresiones no se distribuyen equitativamente ni son fácilmente cuantificables. Las consecuencias sociales de la depresión del 30 en Estados Unidos son difíciles de interpretar aún hoy para la mayoría de los norteamericanos. Ellos la conocen solo por boca de sus ancianos. Historias tremendas de familias de todo tipo de posición económica, donde casi ninguno pudo salir indemne. En tanto que un 25% de la población activa trabajadora no tenía empleo, otros perdieron sus ahorros a causa de la caída escandalosa del mercado de valores y de la quiebra generalizada de los Bancos.
En Argentina la revolución de Setiembre de 1930, sincronizó con la crisis mundial. Unos años antes, había comenzado aquí una aproximación a la actual situación doméstica de desequilibrio macroeconómico y restricciones de financiamiento. Entre 1928 y 1930 los ingresos descendieron 75 millones; aunque el gobierno lejos de reducir sus gastos los había aumentado en ese período, de 795 a 905 Millones. Los recursos cayeron 10% y los gastos aumentaron 22%. Los déficit crecientes le impusieron la necesidad de colocar títulos en el mercado en 1929 con la famosa "Baring" por 5 Millones de Libras y en Abril de 1930 con la "Chatam" por 50 Millones de Dólares. La base popular del gobierno anterior y, sin duda sus principios, eran un serio inconveniente para la adopción de medidas que podían ser intentadas por un gobierno que careciera de ese apoyo.
Las medidas de aquel gobierno provisional como las que tomó el que lo sucedió, estuvieron destinadas a enfocar los aspectos fiscales como: crear nuevos impuestos, reducir 200 Millones el presupuesto reducción de personal de la administración pública, etc.No obstante estas medidas, el cierre del presupuesto de 1931, arrojó un déficit de 131 Millones de pesos.
A más de setenta años de "La Gran Depresión" y "La crisis fiscal argentina con restricciones de financiamiento" la historia se repite y nos encuentra en una posición de extrema vulnerabilidad.
El Libro de Proverbios dice: Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad.
*Pablo Tigani- Master en Política Económica Internacional-Presidente de http://www.hacer.com.ar/ hacer@hacer.com.ar
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