Curiosamente los datos más alentadores del comercio exterior se relacionan en el mes de junio con las importaciones. Es obvio que las importaciones reflejan en forma inequívoca el crecimiento de una economía. Si bien las mayores adquisiciones de combustibles, obedecen a las dificultades energéticas y el aumento de los precios internacionales; sabemos a la vez, que una economía en contracción no bate records de consumo.
La balanza comercial registró en junio un superávit menor en promedio, alrededor de 310 millones de dólares, que serán compensados en los meses siguientes, cuando se computericen los envíos rezagados. No se puede medir el superávit del comercio exterior por la performance de un mes atípico, ni mucho menos compararlo contra 2007, un mes del año mas excepcional de los últimos cinco, pasando por alto que en el mismo mes de 2008, se desencadenó el pico del conflicto que detuvo casi hasta la parálisis, el envío agro exportador y alimenticio. Fue el superávit comercial más bajo hay que decirlo, pero en medio de una crisis política de magnitud. Si se revisan las exportaciones y las importaciones por separado, podemos apreciar como las exportaciones de junio totalizaron 5.500 millones de dólares, algo así como 22 % más, comparadas con el gran junio de 2007. Pero esto no es nada en términos de “comercio exterior”, si no mencionamos que las importaciones crecieron 44 %, es decir que alcanzaron alrededor de 5.100 millones de dólares-10.600 millones de comercio exterior en un solo mes-. Es allí donde surge la realidad que aleja la preocupación de una eventual recesión en 2008; las importaciones confirman que la economía no se ha frenado, aun en el peor momento de la crisis del campo.
En términos estratégicos, es importante destacar el crecimiento valioso de las exportaciones de productos de origen industrial, porque este sector además de agregar valor a las exportaciones, lo hace generando puestos de trabajo. Íntegramente los productos primarios argentinos, estrellas del mundo, las manufacturas de origen agropecuario y los combustibles han de recuperar los volúmenes perdidos durante el resto del año. Destaquemos que las exportaciones de productos primarios e industriales crecieron alrededor de un 32 por ciento y eso no es un dato menor. Hay que hacer énfasis porque las exportaciones industriales crecieron por volumen y no por precio, no se trata de un antecedente minúsculo.
En conclusión, se exportaron más bienes industriales y se mantuvieron estables en medio del conflicto las exportaciones que produce el campo. Las manufacturas agropecuarias –que incluyen al complejo oleaginoso y la carne se expandieron 18% por el aumento de los precios internacionales y en los próximos meses han de recuperar un ritmo pujante, consistente con las conquistas obtenidas por el sector. Mientras tanto, el aumento de las importaciones motorizó hasta aquí todos los rubros de manera análoga, lo que indica que el proceso de crecimiento de la economía argentina sigue siendo sostenido, aun en medio de una crisis política económica y social de dimensiones nunca experimentadas. Los productos más eficaces para medir el perfil de consumo son los teléfonos celulares, que funcionan como un indicador en los últimos años, teniendo en cuenta que el tipo de cambio no estimula las importaciones suntuarias (aunque aún permanecen en el rubro bienes de capital). En Julio, se confirmaron tendencias esperadas tras la derogación de la resolución 125: se aceleran las exportaciones de commodities, especialmente cereales y derivados oleaginosos como aceites de soja, de girasol y pellets de la molienda. Hay que subrayar que la crisis energética impactó más de lo debido en la balanza comercial de junio. Pero recuerde que el nivel de consumo de energía, también es consistente con los niveles de actividad de una economía en crecimiento.
Con las importaciones futuras creciendo a menor ritmo que el registrado, el superávit seguirá siendo alto en el año, entre 10 y 12 mil millones de dólares, aproximadamente. Este año las exportaciones no bajan de 70.000 millones de dólares con importaciones que observarán unos 59.000 millones de dólares. Consecuentemente, y aunque las exportaciones agropecuarias se retrasaron por el conflicto del campo, los próximos meses han de recuperarse, y el superávit se mantendrá en términos nominales.
Con una cuantía de comercio exterior impensado de 130 mil millones de dólares entre exportaciones e importaciones, versus alrededor de 50 mil millones de dólares- hace solo cinco años-, estamos hablando de un crecimiento del comercio exterior de 160% acumulado.Como corolario, el escenario de altos precios de los commodities sigue siendo el más probable, China, India, y los países emergentes en general; siguen liderando el crecimiento mundial, y nos aseguran un largo ciclo de bonanza, que no hemos de desaprovechar.
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