La reestructuración de la deuda en default y el acuerdo para interrumpir hasta Enero las negociaciones con el FMI son los dos temas que más preocupa a los expertos. Los escenarios posibles de desenlace son bien diferentes, si es que hubiese dos posibilidades extremas como se suele dramatizar (todo o nada). Por un lado se escucha que el acuerdo total con los acreedores y el FMI generaría una situación “disneylandia”, en el otro extremo de los resultados, las mismas voces opinan que si ambas cosas no prosperan (arreglo con los bonistas y con el FMI), la incertidumbre podría volver a instalarse y la “libanización” amenazaría la existencia misma de la Nación. Personalmente, rechazo esa visión de las cosas. No las creo, no veo ninguna posibilidad de un escenario catástrofe (En economía, siempre los escenarios de pronóstico incluyen un escenario catástrofe)No obstante la economía comienza a demandar inversiones para continuar el ciclo de crecimiento iniciado en 2002 cuando tocamos fondo para nunca mas regresar, solo que esto acontece en forma coincidente cuando el gobierno enfrenta para el año entrante su primer reto en las urnas.La visita de Rodrigo Rato el nuevo Director Gerente del FMI no trajo noticias aciagas, ni tampoco soluciones fenomenales. Su ortodoxia prevaleció en las conversaciones, pero se mostró menos arisco de lo que lo fue como Ministro de Economía de España. Menos mal, porque las muestras de repudio a su visita por agrupaciones políticas opuestas fueron notables, incluyendo la toma del hall del Hotel Sheraton. Lo beneficioso, es que aceptó la propuesta que hasta Enero de 2005 se suspendan las negociaciones con el FMI, hasta que se llegue a un acuerdo con los tenedores de bonos argentinos en default, dándole margen al ministro Lavagna para negociar. Lo delusorio es que intercedió en favor de los bonistas con mas desparpajo de lo que lo hace habitualmente Ann Kruegger (su segunda en Washington, una conocida intercesora que boga mas adentro a favor de los acreedores).Si la Argentina acuerda con los que tienen papelitos argentinos, el arreglo con el FMI llegará, esto es muy probable. Mientras tanto se suspendió la revisión de metas porque sin un acuerdo con el FMI, se hubiera generado un pozo que según Alfonsín, algunos aprovecharían con cierta hilaridad.- ¿Cómo sabremos al avanzar la negociación si nos va bien o mal?, me preguntan asiduamente, personas interesadas en realizar inversiones o emprendimientos diversos. Aprendamos a discernir no solo los tiempos, sino el espíritu en que se escribe lo que leemos y escuchamos, y como siempre les aconsejo para eso, vamos a conocer mas acerca de la fuente de donde emana la opinión.
El FMI dice que la oferta argentina debería cubrir el 80% de aceptación para que resulte exitosa. El gobierno dice: será suficiente entre un 50% y 60% de bonistas conformes. Con el resto veremos como acordamos. El Presidente le dijo a Rato que “ni sueñe” con que la Argentina comprometa más del 3% de superávit fiscal en 2005, hay muchas deudas sociales pendientes y una necesidad de crecimiento interno que es impostergable.
Más allá de la pugna con el FMI y los bonistas, necesitamos un clima social que atraiga capitales para apuntalar un crecimiento sustentable, como decía al iniciar estas líneas. Todo esto hay que monitorearlo desde el centro, y nunca desde un extremo u otro.
Esa atmósfera afable que esperamos, en un país lleno de reclamos y conflictos, no se genera con los cierres de ambas negociaciones tampoco, esto hay que decirlo. Necesitamos otra ayudita, como en el primer tramo de la recuperación económica de estos últimos dos años, cuando subió el precio de la soja y bajó la tasa de interés internacional, por ejemplo. Puede haber otras variantes, le damos libertad a Dios para que nos ayude como Él quiera, como lo ha hecho hasta ahora.
viernes, 24 de septiembre de 2004
miércoles, 8 de septiembre de 2004
Verificando pronósticos, Ambito Financiero, Comex
Por*
Para: AMBITO DEL COMERCIO EXTERIOR
Con el efecto de verificar pronósticos, hace unos días atrás, pasé un video con muchas grabaciones de 2003, donde encontré uno de AMBITO DEL COMERCIO EXTERIOR que me impresionó sobre manera. Allí se percibía una sensación de desasosiego, aún en los expertos de mayor experiencia, cuyos pronósticos acerca del comercio exterior y la economía en general, eran verdaderamente alarmantes.
Hoy analizando la realidad de aquellos supuestos podemos ver como las importaciones subieron 55% durante julio y esto es bueno, ya que se produce en un contexto de dólar alto y no puede atribuirse a ninguna otra cosa que no sea un aumento de los niveles de actividad económica. Esta mejora de la actividad del primer semestre que bajó el saldo comercial acumulado por el fuerte repunte de las importaciones, así y todo, en julio registró también un superávit comercial de US$ 1.035 millones.
Con respecto a las exportaciones, en julio crecieron un 6 por ciento alcanzando casi US$ 3.000 millones, mientras que las importaciones subieron 55 por ciento a 1.957 millones. Crece nuestro comercio exterior por donde se lo busque. Entre enero y julio de 2004 las ventas externas crecieron 12% y totalizaron US$ 19.500 millones, a pesar que los productos primarios cayeron en importe alrededor de un 19%. Mientras tanto, las compras al exterior aumentaron 69% hasta US$ 12.000 millones.
Todas las actividades aumentaron con respecto a igual mes del año anterior, a excepción de los productos de origen primario. Las exportaciones (MOA) Manufacturas de Origen Agropecuario crecieron un 20%, estimuladas por el incremento unido de precios (13%) y cantidades (6%).
Las exportaciones (MOI) Manufacturas de Origen Industrial crecieron en valor alrededor de 19%, explicado por un aumento de los precios (10%) y cantidades (8%). Asimismo aumentaron en valor las exportaciones de combustibles y energía en un 3%.
El incremento de las importaciones en julio de 2004 con respecto al mismo mes del año anterior, se definió esencialmente por un desarrollo sostenido de la demanda importada de alrededor de un 40%, en tanto los precios externos también se incrementaron alrededor de un 11%.
Las importaciones crecieron en todos los rubros con respecto al mismo mes del año anterior. Es destacable además que el rubro bienes de capital creciera en ese lapso alrededor de 109%. Separando la composición, los productos de mayor importancia fueron teléfonos, camiones y vehículos para más de 10 pasajeros. Los bienes “de consumo”, crecieron a una tasa del 34%, especialmente los bienes durables y semi durables. Las importaciones de partes y piezas, accesorios para bienes de capital crecieron alrededor de 60%, sobresaliendo las emparentadas al sector automotriz. Los bienes intermedios crecieron casi 28%, destacándose las mayores importaciones de insumos para la industria.
El incremento de las importaciones de combustibles y lubricantes fue fuerte, alrededor del 140%, y esto claramente impactó debido a las mayores compras de “fuel oil”, energía eléctrica y gas natural con el objeto de enfrentar las cuestiones energéticas. Los productos relacionados con la industria automotriz, telefonía celular, “fuel oil”, energía eléctrica, computadoras, abonos y medicamentos fueron los más explicativos del aumento del de julio de 2004.
Cuando uno mira estos números comparando aquellos pronósticos mencionados en contraste, no puede dejar de ver la gracia especial que Dios ha derramado en la Argentina durante este tiempo.
*Master EN Política Económica Internacional, Southamerica CEO of Lebonfante International Investor Group, Chicago, IL-USA pablo.tigani@lebonfante.com
Para: AMBITO DEL COMERCIO EXTERIOR
Con el efecto de verificar pronósticos, hace unos días atrás, pasé un video con muchas grabaciones de 2003, donde encontré uno de AMBITO DEL COMERCIO EXTERIOR que me impresionó sobre manera. Allí se percibía una sensación de desasosiego, aún en los expertos de mayor experiencia, cuyos pronósticos acerca del comercio exterior y la economía en general, eran verdaderamente alarmantes.
Hoy analizando la realidad de aquellos supuestos podemos ver como las importaciones subieron 55% durante julio y esto es bueno, ya que se produce en un contexto de dólar alto y no puede atribuirse a ninguna otra cosa que no sea un aumento de los niveles de actividad económica. Esta mejora de la actividad del primer semestre que bajó el saldo comercial acumulado por el fuerte repunte de las importaciones, así y todo, en julio registró también un superávit comercial de US$ 1.035 millones.
Con respecto a las exportaciones, en julio crecieron un 6 por ciento alcanzando casi US$ 3.000 millones, mientras que las importaciones subieron 55 por ciento a 1.957 millones. Crece nuestro comercio exterior por donde se lo busque. Entre enero y julio de 2004 las ventas externas crecieron 12% y totalizaron US$ 19.500 millones, a pesar que los productos primarios cayeron en importe alrededor de un 19%. Mientras tanto, las compras al exterior aumentaron 69% hasta US$ 12.000 millones.
Todas las actividades aumentaron con respecto a igual mes del año anterior, a excepción de los productos de origen primario. Las exportaciones (MOA) Manufacturas de Origen Agropecuario crecieron un 20%, estimuladas por el incremento unido de precios (13%) y cantidades (6%).
Las exportaciones (MOI) Manufacturas de Origen Industrial crecieron en valor alrededor de 19%, explicado por un aumento de los precios (10%) y cantidades (8%). Asimismo aumentaron en valor las exportaciones de combustibles y energía en un 3%.
El incremento de las importaciones en julio de 2004 con respecto al mismo mes del año anterior, se definió esencialmente por un desarrollo sostenido de la demanda importada de alrededor de un 40%, en tanto los precios externos también se incrementaron alrededor de un 11%.
Las importaciones crecieron en todos los rubros con respecto al mismo mes del año anterior. Es destacable además que el rubro bienes de capital creciera en ese lapso alrededor de 109%. Separando la composición, los productos de mayor importancia fueron teléfonos, camiones y vehículos para más de 10 pasajeros. Los bienes “de consumo”, crecieron a una tasa del 34%, especialmente los bienes durables y semi durables. Las importaciones de partes y piezas, accesorios para bienes de capital crecieron alrededor de 60%, sobresaliendo las emparentadas al sector automotriz. Los bienes intermedios crecieron casi 28%, destacándose las mayores importaciones de insumos para la industria.
El incremento de las importaciones de combustibles y lubricantes fue fuerte, alrededor del 140%, y esto claramente impactó debido a las mayores compras de “fuel oil”, energía eléctrica y gas natural con el objeto de enfrentar las cuestiones energéticas. Los productos relacionados con la industria automotriz, telefonía celular, “fuel oil”, energía eléctrica, computadoras, abonos y medicamentos fueron los más explicativos del aumento del de julio de 2004.
Cuando uno mira estos números comparando aquellos pronósticos mencionados en contraste, no puede dejar de ver la gracia especial que Dios ha derramado en la Argentina durante este tiempo.
*Master EN Política Económica Internacional, Southamerica CEO of Lebonfante International Investor Group, Chicago, IL-USA pablo.tigani@lebonfante.com
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