De la versión papel, Jueves 21 de Noviembre de 2002
El economista critica el accionar de la clase política y del FM
Quien no tenga pecados que arroje la primera piedra
Escribe Pablo Tigani (*)Una economía con una tasa de interés de 9 por ciento, creciendo a 4 por ciento anual, necesita generar un superávit primario de 3 puntos porcentuales para mantener constante la deuda en términos de PBI. Por diez años no se logró. Hablo de mi país, cuyas exportaciones representaban hasta fin del año 2001 menos de 10 por ciento del Producto. Desde el segundo trimestre de 1998, comenzamos a caer a velocidades trimestrales anualizadas en el orden de 8 a 9 por ciento, luego de venir creciendo a 6 o 7 por ciento anual en años anteriores. Durante 1999, cayó 3,5 por ciento el PBI, entregándose un gobierno con déficit sideral y tasas de interés altas, por el riesgo proyectivo creciente de insolvencia fiscal ínter temporal. El ex ministro de la convertibilidad afirmó en Estados Unidos que: “no tiene nada de que arrepentirse” Un ex presidente y candidato actual dice: “mi gobierno fue el más exitoso” El presidente del cacerolazo expresa: “un complot decidió terminar con mi gobierno” Otro candidato actual no acusa recibo de haber sido ministro de Fernando de la Rúa durante dos tercios de su mandato. Dos destacadas Diputadas de la Alianza y candidatas que hicieron campaña para De la Rúa, nunca mencionan su responsabilidad política. Una Universidad privada que tuvo distinguidas autoridades y profesores Ministros de Economía, Viceministros, Presidentes del BCRA, así como otros funcionarios en el área económica y financiera no se involucran en responsabilidades. Su rector declara en los medios que todas las desgracias de la Argentina están en el Congreso y en los políticos.ResponsablesPartiendo del supuesto de que todos han hecho todo tan bien: ¿o nuestra economía es próspera y yo no me di cuenta, o nadie se arrepiente ni pide perdón?- Pues, de este modo, nadie considerará posible ayudarnos. Es una ley universal, un principio. Para proceder y pedir ayuda, es necesario hacer esto: arrepentirse y pedir perdón. Esto cambia la predisposición aparentemente más inflexible.Nuestros actuales y próximos funcionarios tienen que asumir la responsabilidad de sus ex Presidentes, Ministros de Economía y líderes públicos, por haber estafado al mundo que les creyó. Vamos a pedir perdón por los que nos precedieron y se gastaron los préstamos e inversiones recibidas improductivamente o en corrupción. Nuestros políticos y economistas en el poder participaron o consintieron la siguiente práctica: tomar dinero cash, gastarlo por encima de las posibilidades del sector público y dejarle el inconveniente al que viene, en condescendencia con prestamistas e inversores de bonos, ambiciosos de ganancias irrealizables por infrecuentes y groseras.Los funcionarios que endeudaron el país y lo llevaron hasta el borde del precipicio son los que paradójicamente se muestran como aliados inseparables de los acreedores. Estos eran tratados como aparentes amigos y por eso confiaron en ellos. A su vez, los supuestos amigos aún siguen sin entender la engañifa que estos pícaros les propinaron. Fue a ellos a quienes les otorgaron fondos cash los organismos multilaterales de crédito. El ministro colocador de bonos ¿no tiene que pedir perdón a los inversores que confiaron en la Argentina comprándolos? ¿No tendría que sumarse a todos para pedir perdón a los acreedores y al pueblo argentino?Sin perdónDebemos entender que esta actitud soberbia y altanera tiene consecuencias, y las estamos viviendo con mucho dolor: el acuerdo amplio y deseado con el FMI no llegó todavía. Ni el pueblo (que pide que se vayan todos) ni los acreedores los perdonará, porque no se arrepienten ni piden perdón. Deben hacerlo junto con los nuevos funcionarios, que, además, tienen que prometer que nunca más permitirán que los préstamos e inversiones recibidos sean gastados improductivamente y en corrupción. Los organismos multilaterales de crédito y destacados tratadistas ex funcionarios ¿no tienen que pedirles perdón a los inversores que operaron cuando ellos le dieron luz verde a la Argentina? ¿Nadie tiene que pedir perdón a los empresarios quebrados y los desocupados en la Argentina?El secretario del Tesoro estadounidense, Paul O´Neill, tiene razón cuando dice que plomeros y carpinteros de su país no deben poner plata para salvar a los bancos codiciosos que prestaron mal y a países con gobiernos irresponsables y corruptos. No obstante, los garantes de la estabilidad monetaria y de las relaciones financieras internacionales no están de este lado del Hemisferio y eso es un hecho.Sr. O´Neill: en lo que a mí respecta, me arrepiento y pido perdón como argentino, pero le recuerdo un principio básico: “Aquel que no tenga pecados que arroje la primera piedra”(*) Master en Política Económica Internacional, CEO South America de Lebonfante International Investors Group-Chicago ILL. www.lebonfante.com y Presidente de www.hacer.com.ar
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