El año próximo o el último trimestre
del corriente podrían colapsar el sobreajuste que se hizo en 2019 como
consecuencia de las malas praxis incontrovertibles “del mejor equipo de los últimos
50 años”. Paradójicamente, lo que hubiera sido incertidumbre electoral FF, ha
contribuido a la pax cambiaria que goza hoy un Gobierno que ha perdido toda credibilidad.
Pero no hay margen social para una nueva aventura neoliberal. Un intento de
forzar una recesión profunda de la economía dentro de un programa de
híperajuste chocaría contra un estallido social de características
imprevisibles, con crisis de financiamiento externo y dilapidación de las
escasísimas reservas que puedan quedar en el BCRA.
Alrededor de 1000
bp de riesgo país, caen 56% las ventas de autos y la recaudación proveniente de
esos automóviles. General Motors suspende 1.500 empleados. El BCRA tendrá que
vender dólares en forma creciente, son inciertas las reservas de libre
disponibilidad que habrá en noviembre. El 51.7% de los chicos son pobres en la
Argentina (UCA). Esta gestión acumula 200% de inflación punta a punta. Se
percibe escasa la aflicción del Gobierno por todo lo expuesto. Los empresarios
liberales de la UIA piden $90.000 de subsidio por auto. Dante Sica te estamos
mirando-¿El gas domiciliario en invierno no se subsidia,
y vamos a subsidiar terminales automotrices?-
Es posible que en
2020 comience un ciclo liderado por juristas y expertos en finanzas
corporativas. Una especie de convocatoria de acreedores del sector público y
privado.
Si fuésemos
C-levels y todo el país una empresa, la gerencia les indicaría a los
accionistas que la cesación de pagos está en camino. Se contratarían expertos
en concurso preventivo que alertarían sobre los movimientos cercanos al
“periodo de sospecha”. Si se hubiera dado gato por liebre, a la postre la
calificación de conducta podría ser fraudulenta. Escucharíamos interposiciones
legales como: “… beneficiando a acreedores se realizaron actos ineficaces de pleno derecho…, “actos que violan en forma incontestable los
principios básicos…”. Sabríamos que los organismos públicos gozan de
“priority pass”, pero tienen que esperar como todos, hasta que se haga el llamado. Pero
bueno, no sucederá en 2019 si no hay puja cambiaria y no se suscita otro ataque
de pánico. En este escenario optimista, el gobierno suplica que el FMI no se
eche atrás con los 3 desembolsos restantes que suman u$s 11.800 millones. Pero
de nuevo: -¿La cesación de pago fue antes o después del despido de Sturzenegger/Caputo?-¿El
prestamista de última instancia (FMI) lo es aun cuando es obvio que el crédito
no se va a pagar en plazo acordado?-¿Qué decían los informes de los técnicos
del FMI, previos al acuerdo?- El FMI dice que calculo mal, pero no es un
atenuante lucido.-
-¿Estarán
estudiando este nuevo experimento del FMI los expertos en derecho internacional
financiero?-¿Al FMI no le engloba?-
Retomando la macro, si todo sale bien, 2019 podría
cerrar con inflación de 40%, una caída del PBI-alrededor de 2% y 5% en el total
del periodo Macri, en medio de una frenética recesión con antesala para una híper,
y déficit primario en torno al 2%.
Inversión
extranjera directa sustentable
Para conseguir la homologación de un Concurso
Preventivo hay mostrar cómo se generan los flujos de fondos para atender el
nuevo perfil de la deuda. Necesitamos inversiones, como palanca de las exportaciones
que han de generar los recursos genuinos: producción, exportación, dólares, capitalización,
trabajo y distribución como ejes de un círculo virtuoso durable.
Dialogando con Karl Sauvant-Universidad de Columbia-razoné
el enfoque del siglo XXI: Foreign Direct Investment Sustainable. Me cautivó el
concepto incorporado de “sostenibilidad”.
Argentina nunca ha negociado inversiones extranjeras sustentables. Vamos a
tener que prescindir de los debates estudiantiles estériles: inversiones extranjeras
o inversiones nacionales. Leyendo a Žižek,
en su perspectiva marxista los griegos no claudicaron, sino que procuraron
mantener una soberanía reducida, bajo una ocupación económica. También en Argentina
2020, las decisiones económicas estarán subordinadas al FMI. Nos enfrentamos a
“la tentación del suceso”. Un ejercicio disparatado, a cueste lo que cueste,
puede hacer que las cosas vayan a peor y estalle una crisis a gran escala. Está
todo listo. Debemos ser creativos y reflexivos-no hay espacio para un error de
cálculo-, el Gobierno entrante tendrá que decidir qué camino tiene el potencial
menor de aumentar el malestar de la ciudadanía después de estos 4 años grotescos.
No habrá margen de tolerancia, y la deuda pública actual es una pesada herencia.
Es fácil apelar al gesto heroico pero puede convertirse en kamikaze, no comienza
una vida encantadora, ni se pueden pedir más sacrificios. Habrá que mantenerse
dentro de la frontera de lo posible, aplicando creatividad, imaginación,
talento y experiencia.
Necesitamos
desradicalizar la necedad
Ya vimos el último blanqueo superando los u$s 100 mil
millones. El dilema es: la “sustentabilidad” de la inversión, u otro capítulo de
“endeudamiento y fuga” para Basualdo.
Desde la Reforma Financiera de 1977-Ley 21.526-RF/77-,
no solo las multinacionales endeudan y fugan, los grupos oligopólicos
nacionales y las grandes empresas argentinas lo hacen. Inclusive cierta pequeña
burguesía que gime cuando quiebra, y al mismo tiempo hace edificios en Punta
del Este o tiene dólares en el exterior. No hacemos apología de la tradicional IED,
sino una reflexión, acerca de una nueva forma de recibir inversiones.
El cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) de la ONU dice que se requieren recursos esenciales, incluidos
flujos de IED sustancialmente mayores en los países en vías de desarrollo. Sin
embargo, el problema no es solo lograr mayor IED, sino que contribuya al
desarrollo económico-social, ambiental.
¿Qué es la
IEDS?
Sus principales características son las contribuciones
económico-sociales, ambientales y de gobernabilidad que Argentina debe y puede exigir
y, que las multinacionales han de comprometerse a realizar. Acuerdos internacionales de
inversión, instrumentos intergubernamentales voluntarios, leyes del país de
recepción, políticas del país de origen, estándares de organizaciones
intergubernamentales, empresas voluntarias y códigos industriales de
instituciones privadas.
Una amplia gama de beneficios que representan las
claves de la sostenibilidad. Derechos laborales, seguridad en el lugar de
trabajo, no discriminación, derechos humanos, transparencia, estándares de la
cadena de suministro, participación, cumplimiento legal. Muchos extrañarían: “vengan
y hagan la bicicleta”. Las características de sostenibilidad de la IED, van a convertirse
en comunes en pocos años. En medio del resurgimiento del proteccionismo y la
necesidad de defender nuestro mercado, es obvio que no se puede soslayar la
inversión extranjera sostenible. ¿Cuáles son los temores? Si la facturación de
las multinacionales supera ampliamente a las empresas locales, hace décadas.
Una
concertación de conceptualización teórica peronista
Me impresionó la respuesta de Sauvant cuando le
pregunte: -¿Podemos sentar a los sindicatos en la mesa?- “Por supuesto”, esta
convergencia sugiere un consenso entre una amplia matriz formada por todas las partes.
Existen instrumentos intergubernamentales que sustentan el consenso y, la
convergencia tiene señalización para las partes, hace más fácil incluir
instrumentos que se negocian. Será relevante para los debates de la OMC sobre
la facilitación de los flujos de IED, en fin.
Pero la acción primaria debe tener lugar a nivel
nacional y provincial, es necesario cambiar la mentalidad no solo “local”, sino
de las multinacionales. Hasta las agencias de promoción de inversiones (IPA)
deben impulsar la “IED sostenible”. Habríamos de encarar el desafío desde Cancillería,
en función del número de proyectos, montos de capital y número de empleos a
generar.
Habría que firmar acuerdos, definiendo “inversión”
como “inversión sostenible”, aplicando criterios de admisión a propuestas y requisitos
de aprobación. Podríamos abordar acuerdos locales de corporaciones presentes en
el país planteando beneficios de desarrollo sostenible para “la calidad de
inversión”, contemplando el ciclo de vida de las inversiones.
No solo Argentina y las multinacionales interactuarían,
los países de origen, cuando apoyen a sus empresas que invierten lo harían. Y,
dicho apoyo vinculado a consideraciones de sostenibilidad, así lo hace Bélgica.
Responsabilidad compartida de países de origen y multinacionales.
La Argentina debe ir definiendo una lista indicativa,
ampliamente aceptada por el arco político y sindical acerca de características
de sostenibilidad, construida en torno a las necesidades comunes.
El
fantasma de 2001
La presidencia de Fernando De la Rúa (1999 - 2001),
terminó anticipadamente con una renuncia inevitable en medio de la crisis
económica, social y política más grave que recuerde la democracia argentina. Hoy
leí un informe de FIEL que duró poco, pero participó del desastre con Cavallo, ellos
alertan acerca de una nueva “aventura populista”. La ciencia política ha
investigado, con diferentes enfoques, acerca del ascenso de las élites
tecnocráticas al poder, o el rol que desempeñan estas “fundaciones” en la
implementación de reformas neoliberales. Pero aun no se ha escrito acerca del
fracaso de los CEOS, o del rol que han tenido en esta crisis económica y social,
que es la más importante de los últimos 50 años. Periodizando el gobierno de Macri,
observando sus medidas de ajuste y sus gabinetes, comparando su fase de entrega
final al FMI con la participación estelar de technopols como Prat
Gay-Sturzenegger y, la reciente estampida mientras Caputo estaba en la poltrona
del BCRA en 2018, y analizando en contexto las estrategias del gobierno y sus
resultados, se llega a la conclusión de que, el papel que jugaron “las élites de
negocios financieros y energéticos” tuvo incidencia decisiva en el desenlace al
que esta arribando la presidencia de Cambiemos. Por último, la designación de Dujovne
como un simple articulador de Lagarde, un FMI con plenos poderes que partió de
una conceptualización tecnocrática de que la política consiste en delegarle
poder al FMI para resolver una crisis económica en Argentina, falló una vez más.
Sucede todo lo contrario: se profundizó el conflicto económico-social, la
aprobación del gobierno se desmoronó, y se agotaron sus escasos recursos de
credibilidad y legitimidad. Esto cuestiona algunos supuestos de ciertas
teorías: la evolución de la crisis mostró que el FMI depende de una base de
gobernabilidad suficiente, y que su sola presencia con 57 mil millones de
dólares no puede resolver la debilidad del gobierno de Cambiemos, ni mucho
menos decidir su continuidad.