Corea del Norte es una molestia, tanto para EE. UU. como para China. A esta altura parece que ambas potencias-socias economicas- tienen alguna razón para asegurarse y evitar perturbaciones en la zona mas floreciente del mundo. El consejero del presidente Lee en Asuntos Exteriores, Kim Sung-hwan, considera que el régimen comunista podría continuar tras la desaparición del dictador Kim Jong-il, ya que las élites son capaces de organizar un liderazgo colectivo. También la opinión de los desertores refugiados en el Sur prevé que el régimen se unira, como ocurrió en 1994 cuando murió Kim Il-sung, padre del actual líder.
Hasta aquí la hermética información disponible de las fuentes cercanas mas confiables en New York.
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