Por: Pablo Tigani*
Conversando de una y otra cosa, en el palacio se escucha un murmullo que viene desde afuera. Luis XVI, Rey de Francia, que conversa animadamente con María Antonieta y sus influyentes Ministros, no muy consciente de su alto índice de impopularidad, pero dando pruebas de su congénita dependencia, le pregunta al Duque: ¿Es esto una pauta de que hay nerviosismo?- El Duque le contesta: No Señor, esto es una revolución.
En eso consiste la irrupción de los managers de negocios, devenidos en funcionarios del sector público. Sospecho que algunos ya lo están percibiendo.
Es evidente que esta es una época de cambios drásticos y radicales en la política, los negocios y la economía mundial.
Por ejemplo en el ámbito de las empresas, hace rato finalizaron las carreras de los "ejecutivos de película que corrían tras el éxito", y que tan bien describía Joan Manuel Serrat.
Aquel individuo reposado y cortés que podía construir pacientemente una uniforme y ascendente carrera pasando de Gerente a Director, Vicepresidente, etcétera. Eso se acabó.
La gran corporación primero le bajó los salarios y luego los despidió sin más trámite. Los generales de escritorio perdieron la guerra, fueron eclipsados por las sucesivas crisis (México, Sudeste Asiático, Rusia, Brasil, Turquía). Entidades financieras y empresas conservadoras, en un contexto empresarial desconcertante, emprendieron el duro camino del down sizing. A los expertos en pedalear en la bicicleta fija los pusieron a fumar debajo del agua. Claro que no pudieron, sus pulmones no estaban preparados para semejante nivel de exigencia. Fueron reemplazados luego, en muchos casos por los iconos de las revistas de negocios despeinados, con aritos en sus orejas y sin corbata. Así fue la cosa en el sector privado.
Las destrezas que requiere un dirigente y sus organizaciones para triunfar hoy, están en gran medida alejadas de aquellas a las que estabamos habituados en otros tiempos.
En el Sector Público se privatizó todo lo que se pudo pero, no se privatizó "el funcionario top". El Ministro "X" siguió siendo más burocrático y estructurado que los empleados públicos a quienes despidió o les recortó sus ingresos.
La mayoría de los Ministros de Economía que tuvimos y sus equipos, son ex empleados de Fundaciones, Asociaciones y Universidades Privadas subsidiadas por el resto de la sociedad, con exenciones impositivas; metodología instrumental que ellos mismos batallan. Algunos de sus titulares, sin serlo, viven como verdaderos accionistas de corporaciones o Bancos. La mayoría de sus "sponsoreados" nunca asumió antes del cargo, riesgo empresario alguno, ni experimentó una suba de adrenalina que fluye con los "bull" y los "bear"; ni se les disparó en ningún tiempo el "animal spirit" que tan bien describió Lord Keynes. Es más, algunos de ellos, nunca trabajaron y solo han realizado tareas de investigación que poco y nada tienen que ver con una función ejecutiva. No obstante podemos ver conferenciar y debatir, incluso enseñar lo que se debe hacer en el ámbito ejecutivo. Ellos saben realizar tediosas conferencias sin traer jamás ejemplos propios de su expertise, sino en cambio, casos de estudios de probeta económica. Descubridores críticos e irresponsables hacia el exterior, parecería que ignoran las consecuencias de sus comentarios dañinos. Hablan de lo que "otros" hicieron mal "en este país". No hablan de "mi país". Dicen: ¡Este País!- No obstante todo está dispuesto y estudiado minuciosamente de antemano para conformar a sus patrocinantes.
Usted todavía se pregunta ¿porqué Brasil con un endeudamiento mayor, mas caro y a plazo más corto que Argentina comienza a diferenciarse de nosotros con un mejor posicionamiento?
¿Sabe? En adelante es posible que Paul O´Neill tenga más peso y tome decisiones de mayor envergadura que Alan Greenspan. -¿Qué es lo que cambió?
Ejemplos como el de Paul O´Neill y Arminio Fraga comienzan a demostrarnos que, otra tendencia mundial comienza a asomar en el horizonte de las administraciones públicas. Gente del sector privado con velocidad de cintura, capaz de cambiar y generar nuevas ideas reorientando el rumbo de los acontecimientos y reemplazando tácticas y estrategias desactualizadas que siempre desembocan en más de lo mismo.
No se puede ignorar el pulso ansioso de los mercados, su aliento en la nuca determina que los tiempos para la toma de decisiones son escasos. La realidad de hoy en Argentina y el mundo es que asistimos a una extensión, sin solución de continuidad de las crisis en sus diferentes formas.
El rol tradicional, el trabajo y la forma de comunicarse, las ideas, las pretensiones, los miedos y la perspectiva de un Ministro tienen que cambiar. Cavallo no está oxidado, como dijo Avila pero, hubo un momento que no acertaba hacia donde ir. Su perfil vital y espontaneo le ayudó mucho en esos momentos, gracias a Dios porque lo tiene pero; debe vencer el temor de extremar aún más la afición a lo anticonvencional, empezando por su equipo convencional. El valor más apreciado que un país tiene hoy, es el talento creativo e innovador de sus dirigentes a cargo de la función pública. Los países están aceptando la heterodoxia innovadora como respuesta a la incertidumbre, buscando la forma de capitalizar cada oportunidad que brindan las transformaciones a toda prisa.
No debemos desear la eventualidad de recurrir a los ex Ministros de Economía de siempre. Necesitamos formas diferentes e imaginativas para sacar el país adelante. Necesitamos funcionarios con experiencia; más jugadores de foot ball y menos jugadores de rugby. Inteligencia emocional, respuestas ágiles y expeditivas para enfrentar escenarios impredecibles y sorprendentes como el del pos atentado. En una economía donde se contrae el crecimiento del comercio mundial de 12 a 4 por ciento en solo un año, con excedentes de producción y servicios, el que pega primero pega dos veces. En la era del fast food e Internet, el pueblo experimenta la necesidad de obtener "fast solution", sabiendo que no existen "ready made solution". Ni siquiera ser bueno aprovecha, los pueblos de países con menos problemas que nosotros demandan soluciones creativas a sus funcionarios.
Los economistas tradicionales han perdido la capacidad de inspirar a la gente. En 90 días pasan de 73 a 20 por ciento de popularidad. Un Ministro de la Nueva Economía tiene que hacer que su país tenga ganancias, que se capitalicé y su pueblo disfrute de los beneficios. Es necesario desestructurar a los economistas inveterados que se preocupan por la hiperinflación hace 30 años, porque estamos en una economía de otras hiper; hipercompetitividad, hiperestancamiento, hipertensión social. El talento creativo tomó el control en el sector privado. La competitividad del sector público dependerá en adelante más y más de los funcionarios, que del tipo de cambio real.
Todavía no hemos encontrado el Ministro que sepa vender al exterior. Basta de gastar plata en publicitar blindajes y megacanjes, necesitamos que se invierta en promover exportaciones, en promocionar una marca país. Solo nos conectamos con los centros financieros internacionales, rara vez lo hacemos con los mercados de bienes y servicios mundiales.
En la década del noventa, dejamos de estar aislados.- ¿Para qué abrimos nuestra economía? - ¿Para vivir pidiendo socorro a los organismos multilaterales de crédito y la Banca Privada?
Tan práctico y sencillo como definir que un funcionario público debe ser un Hombre de Negocios de la Nación, es el deseo que todos pedimos cuando el señor Presidente o sus Ministros realicen la próxima designación oficial.
*Master en Política Económica Internacional - www.hacer.com.ar
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